“Nos comeremos unos a otros”: la tétrica advertencia de un experto en superpoblación

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“La batalla para alimentar a toda la humanidad ha terminado. En la década de los 70 cientos de millones de personas morirán de hambre a pesar de los programas de choque que diseñemos.

A estas alturas nada puede evitar un aumento sustancial de la tasa de mortalidad mundial”. Con estas palabras comenzaba The Population Bomb (“La bomba demográfica”), el libro que en 1968 convirtió al entomólogo estadounidense Paul R. Ehrlich en el más visible discípulo de Thomas Malthus, con quien compartía la misma tesis: si la población sigue creciendo no habrá suficientes recursos para alimentar a la humanidad.

 Han pasado 46 años desde la publicación del libro y, aunque los augurios catastrofistas de Ehrlich no se han cumplido –en 1971 llegó a decir que para el año 2000 Reino Unido no sería más que “un pequeño grupo de islas empobrecidas habitadas por 70 millones de personas hambrientas” el científico sigue defendiendo que lo peor está por llegar.

El peligro de la superpoblación, asegura, está volviendo a crecer, y los gobiernos y medios de comunicación son cómplices por no advertir de las consecuencias En una entrevista con The Huffington Post, Ehrlich ha asegurado que la escasez de recursos acabará llevándonos a un callejón sin salida, que cambiará para siempre nuestros hábitos alimenticios: “Pronto nos estaremos preguntando si está bien comernos los cuerpos de nuestros muertos porque estamos demasiado hambrientos”. Un escenario, el del canibalismo, al que cree nos estamos acercando a una velocidad asombrosa. “Dentro de 45 años habrá 2.500 millones de personas más en el planeta”, explica Ehrlich.



“Vamos camino de una guerra por los recursos”. El peligro de la superpoblación, asegura, está volviendo a crecer, y los gobiernos y medios de comunicación son cómplices por no advertir de las consecuencias. “Todos tenemos que comer, y es una actividad muy destructiva”, explica el entomólogo. “Las cuestiones éticas que rodean a cómo criamos al ganado son importantes, pero son relativamente triviales en comparación con el naufragio de nuestros sistemas de soporte vital”.

¿Un catastrofista pasado de rosca?
 Obras recientes como la alarmista 10.000 millones (Anagrama), de Stephen Emmott han contribuido a poner de actualidad las viejas tesis maltusianas que alertan de los efectos que la superpoblación va a generar en nuestro planeta. El último en subirse al carro ha sido el periodista Alan Weisman (Harper’s, New York Times o Atlantic Monthly), autor del libro La cuenta atrás (Debate), que en una entrevista con El Confidencial aseguraba que “durante las próximas dos o tres generaciones necesitamos bajar la población y no sólo mantenerla, porque hemos crecido mucho más allá de lo que la naturaleza quiere”. Lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia Como demuestran sus seguidores, las advertencias que Ehrlich realizó en los 70 están de plena actualidad, pero hay quien cree que el entomólogo ha perdido definitivamente el norte.

Según explica en Forbes Tim Worstall, el entomólogo “ha sido bien conocido durante 50 años como una de las grandes voces que clamaba sobre el peligro de la superpoblación. El problema es que absolutamente ninguna de sus predicciones ha ocurrido. Y la razón de esto es que sus argumentos parten de una base empírica errónea”. “Él es un entomólogo”, continúa Worstall, “alguien que estudia los insectos. Y los seres humanos no son insectos: tenemos medios así como inteligencia”. Por eso el periodista prefiere dar una explicación económica. “Tal como ha explicó Gary Becker en sus estudios económicos, según crecen nuestros ingresos tendemos a tener menos hijos, no más.

 Y es lo que ha pasado en toda sociedad humana cuando según se enriquecía”. Pero ¿seguirán creciendo nuestros ingresos? Ehrlich asegura que la economía no puede continuar creciendo por siempre jamás y, teniendo en cuenta la amenaza del cambio climático, o hacemos algo por controlar la población o estaremos perdidos. “Es muy importante no pensar cuántos hijos quieres, sino cuántos hijos puedes tener que vivan una vida maravillosa y puedan recibir una buena educación”, aseguraba el entomólogo en una entrevista de 2011 en El Mundo.

En su opinión, “lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia, con familias de padres maravillosos que tengan tres hijos y gente que no quiera ninguno”. ¿Estaremos dispuestos?

fuente y credito a www.alertacatastrofes.com

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