El ‘yeti’ o el abominable hombre de las nieves, que míticamente vive en las montañas de Himalaya, se escapa de los investigadores británicos. El año pasado el dedo guardado desde 1959 en el Colegio de Cirujanos de Londres resultó ser de humano, ahora el profesor de genética Bryan Sykes, de la Universidad de Oxford, han concluido que los pelos de ‘criaturas misteriosas’ analizados por él son de osos. El científico recogió dos muestras de cabello de yetis, según fueron calificadas en Nepal por personas de la zona.
“El resultado de la investigación establece que las dos muestras son genéticamente idénticas a una especie de oso polar localizado antiguamente en Svalbard, Noruega. El resultado ha sido sorprendente e indica que osos polares y de pelaje marrón se han cruzado en territorios comunes durante miles de años generando especies de híbridos”, explica el profesor a la BBC. Los dos ejemplares de cabello atribuidos al hombre de las nieves procedían de dos lugares distintos; unos fueron localizados en Ladakh, oeste de Himalaya, y los otros al este, en Bhutan, a más de 1.200 kilómetros de distancia. A pesar de la contundencia de su trabajo, el científico no descarta que el hombre de las nieves ande escondido por las altas montañas de Nepal entre China e India. “Mi interés se centra en estudiar especies humanas y lo que en Himalaya llaman animales míticos”, añade Bryan Sykes, quien no ha tirado la toalla para encontrar el hombre-animal o primate que podría esconderse alrededor del Everest.
En esta montaña, el alpinista británico Eric Shipton fotografió en 1951 una huella de ‘yeti’ perpetuando el misterio de su existencia. Como prueba todavía más próxima a la foto de 1951, el testimonio del montañero Reinhold Messner asegura que en 1986 en Tibet fue testigo de la existencia de ‘criaturas misteriosas’. Estos dos aventureros no son los únicos que han topado con una prueba de ‘yeti’ en sus expediciones, el explorador Peter Byrne salió en busca del hombre de las nieves en 1958. En el monasterio de Pangboche (Nepal) los habitantes le enseñaron una mano de ‘yeti’ o ‘bigfoot’. No pudo llevársela, pero sí les convenció para cortar un dedo.
Peter Byrne, que trabajaba con el anatomista William Osman Hill y estaba respaldado financieramente por el americano Tom Slick, no obtuvo permiso para sacar el dedo. El mecenas americano movió los hilos para convencer al actor americano James Stewart y a su esposa Gloria, entonces de vacaciones en Calcuta, que escondiesen el dedo entre la lencería fina de Gloria con destino a Londres. El dedo estuvo en el Colegio de Cirujanos de 1959 hasta 2011 que fue estudiado en unos laboratorios de Edimburgo, donde concluyeron a principios del 2012 que era un dedo humano. Ni el dedo ni el cabello han dado hasta ahora pruebas de que el hombre de las nieves exista, pero hay estudiosos como Dipu Marak, que sobre el terreno están convencidos de la existencia del ‘Yeti’.
fuente y credito a aimdigital
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“El resultado de la investigación establece que las dos muestras son genéticamente idénticas a una especie de oso polar localizado antiguamente en Svalbard, Noruega. El resultado ha sido sorprendente e indica que osos polares y de pelaje marrón se han cruzado en territorios comunes durante miles de años generando especies de híbridos”, explica el profesor a la BBC. Los dos ejemplares de cabello atribuidos al hombre de las nieves procedían de dos lugares distintos; unos fueron localizados en Ladakh, oeste de Himalaya, y los otros al este, en Bhutan, a más de 1.200 kilómetros de distancia. A pesar de la contundencia de su trabajo, el científico no descarta que el hombre de las nieves ande escondido por las altas montañas de Nepal entre China e India. “Mi interés se centra en estudiar especies humanas y lo que en Himalaya llaman animales míticos”, añade Bryan Sykes, quien no ha tirado la toalla para encontrar el hombre-animal o primate que podría esconderse alrededor del Everest.
En esta montaña, el alpinista británico Eric Shipton fotografió en 1951 una huella de ‘yeti’ perpetuando el misterio de su existencia. Como prueba todavía más próxima a la foto de 1951, el testimonio del montañero Reinhold Messner asegura que en 1986 en Tibet fue testigo de la existencia de ‘criaturas misteriosas’. Estos dos aventureros no son los únicos que han topado con una prueba de ‘yeti’ en sus expediciones, el explorador Peter Byrne salió en busca del hombre de las nieves en 1958. En el monasterio de Pangboche (Nepal) los habitantes le enseñaron una mano de ‘yeti’ o ‘bigfoot’. No pudo llevársela, pero sí les convenció para cortar un dedo.
Peter Byrne, que trabajaba con el anatomista William Osman Hill y estaba respaldado financieramente por el americano Tom Slick, no obtuvo permiso para sacar el dedo. El mecenas americano movió los hilos para convencer al actor americano James Stewart y a su esposa Gloria, entonces de vacaciones en Calcuta, que escondiesen el dedo entre la lencería fina de Gloria con destino a Londres. El dedo estuvo en el Colegio de Cirujanos de 1959 hasta 2011 que fue estudiado en unos laboratorios de Edimburgo, donde concluyeron a principios del 2012 que era un dedo humano. Ni el dedo ni el cabello han dado hasta ahora pruebas de que el hombre de las nieves exista, pero hay estudiosos como Dipu Marak, que sobre el terreno están convencidos de la existencia del ‘Yeti’.
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