La clave para el éxito de cualquier régimen alimenticio es estar preparado. Cuando el hambre te ataca en el medio del día o cuando la cena parece un viejo recuerdo, el tener opciones saludables disponibles en tu congelador, te ayudará a consumir meriendas que no te provocarán arrepentimientos.
Tortillas integrales La mayoría de los carbohidratos en las tortillas integrales son carbohidratos completos, por lo que no tienes que preocuparte por elevaciones en los niveles de azúcar en la sangre. Si necesitas un poco de sabor, espolvorea queso bajo en grasa desmenuzados sobre una tortilla y tuesta para una deliciosa merienda. Si deseas algo dulce, vierte un poco de sirope de agave y espolvorea canela.
Bananas Dulces y satisfactorias, las bananas cuentan con muchos nutrientes como potasio y fibra. Las bananas son mejores cuando se consumen solitas, pero también pueden formar parte de simples y rápidas meriendas. Las bananas le darán más sabor a tu avena y un poco de mantequilla de almendras las convertirán en una merienda nutritiva y que te hará sentir lleno.
Miso Miso es una pasta de soja fermentada muy popular en Japón. Este podría ser un artículo inesperado en tu refrigerador, pero le podrás dar muchos usos que aumentarán tu inmunidad. Mezclada con agua caliente, la pasta repleta de zinc se disuelve en una rica sopa. Cuando la combinas con otros ingredientes, se transforma en una marinada llena de sabor para pescados y carnes, y también sirve como aderezo de ensaladas. Asegúrate de seleccionar la variedad baja en sodio. Huevos Los huevos, cargados de proteína, son una de las comidas bajas en calorías más versátiles de la naturaleza. Un huevo grande cuenta con 75 calorías y depende de su método de cocción ese total puede cambiar. Mantén una docena en tu refrigerador y siempre podrás incorporarlos en tu cena o para tus meriendas.
Leche Siempre te beneficiarás de tener un cartón de leche a la mano, ya sea cero grasa, soja o almendra. En minutos puedes prepararte un chocolate caliente saludable con chocolate y agave o un smoothie.
Almendras Un puñado de almendras crudas ofrece una alternativa nutritiva a las meriendas grasosas y crujientes como papitas o galletas. Pero las almendras también son un gran aditivo a los smoothies, cereales, avena y yogur. Guarda tus almendras u otras nueces saludables en el refrigerador para prevenir oxidación en sus aceites naturales.
Mantequilla de maní La mantequilla de maní suele tener mala fama como un alimento con mucha grasa, pero consumida en moderación es mucho más alimenticia que la mantequilla simple. La mantequilla de maní está repleta de grasas monoinsaturadas y folato, una vitamina B que produce nuevas células. Unta un poco en un pan pita integral o en unos tallos de apio para una merienda.
Requesón El requesón está repleto de caseína, una proteína que te mantiene llena por un período más largo de tiempo. Puedes usar requesón bajo o reducido en grasa como salsa con vegetales crudos o mezclado con almendras y tus frutas frescas favoritas para un postre refrescante y bajo en calorías.
Hongos Densos en antioxidantes, los hongos son muy nutritivos aunque a veces menospreciados. Ya sea la variedad botón blanco o los más exóticos como shiitake, mantener un bonche en el refrigerador te servirá bien. Estos se pueden comer solitos, incluirlos en una tortilla o en un stir-fry.
Edamame Meriendas de edamame, frijoles de soja, al vapor contienen mucho calcio, hierro y otras vitaminas y minerales. El frijol de soja japonés es un ingrediente muy versátil. Puedes mezclar los frijoles para una salsa de vegetales o incluirlos en una ensalada. También son ricos al vapor con un poco de sal.
fuente, voces.huffingtonpost
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