El explorador Curiosity de la Nasa sólo ha estado en la superficie de Marte durante siete semanas, pero ya ha mostrado evidencia de agua que fluyó en el pasado. El robot ha enviado fotos de conglomerados clásicos, rocas formadas por gravas y arena.
Los científicos del equipo de la misión dicen que el tamaño y la forma redondeada de las piedras indican que habían sido transportadas y erosionado por el agua. Los investigadores piensan que el explorador ha encontrado una red de antiguos arroyos. Las rocas, que fueron descritas en una rueda de prensa en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, en California, fueron probablemente moldeadas “hace varios miles de millones de años atrás”. Sin embargo, los flujos reales pueden haber persistido en la superficie por largos períodos de tiempo, dijo el coinvestigador científico del Curiosity, Bill Dietrich, de la Universidad de California en Berkeley. “Anticipamos que fácilmente podrían ser miles de millones de años”, dijo a los periodistas.
Como en el centro de Los Ángeles
Desde hace tiempo, los satélites han capturado en Marte imágenes de canales en la superficie del planeta que fueron producidas por algún tipo de flujo, se supone que de agua en estado líquido. El descubrimiento del Curiosity en su sitio de aterrizaje en el ecuatorial cráter Gale provee la primera prueba real de esas observaciones. Por suerte, el vehículo acaba de rodar junto a un espectacular ejemplo del conglomerado. Una gran losa, de 10 a 15 centímetros de espesor, se levantó del piso en un determinado ángulo. “Lo hemos llamado Hottah”, dijo el científico del proyecto John Grotzinger. El nombre alude a un lago en los territorios del noroeste de Canadá. El equipo está usando los nombres de esta región para catalogar los objetos en Gale. “A nosotros nos pareció como si alguien vino a la superficie de Marte con un taladro y levantó una de las aceras que se pueden ver en el centro de Los Ángeles, en un sitio de construcción”, bromeó. Los científicos están estudiando las imágenes de los guijarros en la roca. Sus tamaños y formas les darán pistas sobre la velocidad y la distancia del antiguo flujo de agua. El sitio del descubrimiento se encuentra entre el borde norte del cráter y la enorme montaña que se eleva en su planicie central. Imágenes orbitales previas sugirieron que podría haber sido una fuente de agua en el lugar. Los conglomerados hallados por el Curiosity apoyan esta hipótesis. La interpretación actual es que el robot explorador se encuentra a la cabeza de un abanico aluvial de material que se regó a través de la pared del cráter y por la planicie, abriendo muchas corrientes individuales. Los investigadores creen que pueden identificar el valle en particular, en el borde por donde el agua entró al cráter. Lo han llamado Peace Vallis.
Estudiar la química del lugar
También hay un afán por estudiar la química de los conglomerados, ya que dará alguna información sobre la naturaleza del agua -su pH, por ejemplo- y eso a su vez proporcionará algunas pistas respecto a cómo habría lucido el ambiente en el momento. Por ahora el robot se dirige hacia un lugar llamado Glenelg. Los científicos piensan que esto les dará el mejor acceso a las rocas de interés. La misión de la agencia espacial estadounidense, de US$2.600 millones, se posó en la superficie del planeta rojo el 6 de agosto. Desde entonces, gran parte del tiempo se ha usado poniendo en marcha el complejo vehículo, una máquina de seis ruedas y su conjunto de 10 instrumentos. El Curiosity está financiado para un año marciano (dos años terrestres) de estudio. En ese tiempo tratará de determinar si los ambientes del pasado en el cráter Gale pudieron alguna vez haber albergado vida microbiana. BBC Ciencia
fuente, aimdigital
El promontorio rocoso denominado "Hottah" es lo que los geólogos llaman un conglomerado sedimentario.
Los científicos del equipo de la misión dicen que el tamaño y la forma redondeada de las piedras indican que habían sido transportadas y erosionado por el agua. Los investigadores piensan que el explorador ha encontrado una red de antiguos arroyos. Las rocas, que fueron descritas en una rueda de prensa en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, en California, fueron probablemente moldeadas “hace varios miles de millones de años atrás”. Sin embargo, los flujos reales pueden haber persistido en la superficie por largos períodos de tiempo, dijo el coinvestigador científico del Curiosity, Bill Dietrich, de la Universidad de California en Berkeley. “Anticipamos que fácilmente podrían ser miles de millones de años”, dijo a los periodistas.
Como en el centro de Los Ángeles
Desde hace tiempo, los satélites han capturado en Marte imágenes de canales en la superficie del planeta que fueron producidas por algún tipo de flujo, se supone que de agua en estado líquido. El descubrimiento del Curiosity en su sitio de aterrizaje en el ecuatorial cráter Gale provee la primera prueba real de esas observaciones. Por suerte, el vehículo acaba de rodar junto a un espectacular ejemplo del conglomerado. Una gran losa, de 10 a 15 centímetros de espesor, se levantó del piso en un determinado ángulo. “Lo hemos llamado Hottah”, dijo el científico del proyecto John Grotzinger. El nombre alude a un lago en los territorios del noroeste de Canadá. El equipo está usando los nombres de esta región para catalogar los objetos en Gale. “A nosotros nos pareció como si alguien vino a la superficie de Marte con un taladro y levantó una de las aceras que se pueden ver en el centro de Los Ángeles, en un sitio de construcción”, bromeó. Los científicos están estudiando las imágenes de los guijarros en la roca. Sus tamaños y formas les darán pistas sobre la velocidad y la distancia del antiguo flujo de agua. El sitio del descubrimiento se encuentra entre el borde norte del cráter y la enorme montaña que se eleva en su planicie central. Imágenes orbitales previas sugirieron que podría haber sido una fuente de agua en el lugar. Los conglomerados hallados por el Curiosity apoyan esta hipótesis. La interpretación actual es que el robot explorador se encuentra a la cabeza de un abanico aluvial de material que se regó a través de la pared del cráter y por la planicie, abriendo muchas corrientes individuales. Los investigadores creen que pueden identificar el valle en particular, en el borde por donde el agua entró al cráter. Lo han llamado Peace Vallis.
Estudiar la química del lugar
También hay un afán por estudiar la química de los conglomerados, ya que dará alguna información sobre la naturaleza del agua -su pH, por ejemplo- y eso a su vez proporcionará algunas pistas respecto a cómo habría lucido el ambiente en el momento. Por ahora el robot se dirige hacia un lugar llamado Glenelg. Los científicos piensan que esto les dará el mejor acceso a las rocas de interés. La misión de la agencia espacial estadounidense, de US$2.600 millones, se posó en la superficie del planeta rojo el 6 de agosto. Desde entonces, gran parte del tiempo se ha usado poniendo en marcha el complejo vehículo, una máquina de seis ruedas y su conjunto de 10 instrumentos. El Curiosity está financiado para un año marciano (dos años terrestres) de estudio. En ese tiempo tratará de determinar si los ambientes del pasado en el cráter Gale pudieron alguna vez haber albergado vida microbiana. BBC Ciencia
fuente, aimdigital
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