Quásar 3C 279. (Foto: ESO/M. Kornmesser)
La clave para conseguir hacer esta observación ha sido la conexión entre potentes radiotelescopios de distintas partes del mundo: el radiotelescopio submilimétrico de la Universidad de Arizona, el radiotelescopio APEX (Atacama Experiment Pathfinder) en Chile, y el Conjunto SMA de radiotelescopios en Hawái. Combinándolos adecuadamente, los astrónomos han creado un gran radiotelescopio virtual.
Los radiotelescopios se interconectaron mediante una técnica especial de interferometría. Los radiotelescopios más grandes pueden hacer las observaciones más nítidas, y la interferometría permite que múltiples radiotelescopios actúen como un solo radiotelescopio tan grande como la separación entre ellos. Usando esta técnica, es factible lograr las observaciones con la mayor resolución posible. La clave es conseguir que la separación entre los radiotelescopios sea tan grande como se pueda.
Las observaciones, a cargo de varios equipos, incluyendo el de Lucy Ziurys, directora del Radioobservatorio de Arizona y profesora de la Universidad de Arizona, se hicieron en ondas de radio con una longitud de onda de 1,3 milímetros, cerca de 1.000 veces más cortas que las ondas de radio FM. Ésta es la primera vez que observaciones en una longitud de onda tan corta como ésta han sido realizadas utilizando distancias tan largas entre los componentes de una red de interferometría.
Estas nuevas observaciones son un nuevo paso decisivo hacia el objetivo de captar imágenes del entorno inmediato de los agujeros negros supermasivos. Hay planes para conectar en el futuro más instrumentos de observación a fin de crear un sistema capaz de captar la "sombra" del agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, así como las de otros agujeros masivos de galaxias cercanas.
Esa "sombra", una zona oscura en virtualmente todas las longitudes de onda del espectro electromagnético, recortándose contra un fondo brillante, es causada por la curvatura de la luz provocada por el agujero negro, y sería la primera evidencia observacional directa de la existencia del horizonte de eventos de un agujero negro. Ese horizonte es la frontera de no retorno. Todo lo que se acerca tanto al agujero negro como para traspasar esa frontera, ya no puede escapar del mismo, ni siquiera la luz.
fuente noticiasdelaciencia
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