Solo guantes desechables y otras medidas pueden paliar el riesgo al entrar en contacto con ellos
Los libros antiguos, y prácticamente todos los que se han guardado en casa durante más de una década son extremadamente peligrosos para la salud. La advertencia fue realizada por investigadores de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia.
Los peritos sanitarios precisaron que se referían a la amenaza que representan los ácaros del libro y los seudoescorpiones que abundan en los volúmenes viejos. Las picaduras, saliva y excrementos de esos parásitos, apenas visibles, y sus depredadores, muy a menudo provocan una alergia que conlleva hasta un edema de Quincke. Mientras más antiguos sean los libros, guardados sin un tratamiento especial, más agudo será el cuadro clínico, ya que más huellas de su presencia y más huevos habrán dejado los diminutos arácnidos.
Diez años, revelaron los especialistas, es una edad crítica hacia la cual la reproducción masiva de nuestros 'vecinos' de ocho patas puede llegar a un nivel cuando el contacto con ellos podría provocar una obstrucción de las vías respiratorias y una asfixia. Hasta el momento los laboratorios farmacéuticos del mundo no han encontrado ningún remedio que bloquee los efectos de la picadura de las dos principales especies que habitan los libros. Por eso los expertos rusos recomiendan usar guantes desechables cuando sea preciso consultar a un tomo de una edad considerable. En las librerías los volúmenes deberían estar colocados con bastante espacio entre ellos. Además, recomiendan, que para proteger los libros de la humedad, hay que poner una pastilla de carbón activado u otro adsorbente sobre cada una de las baldas.
fuente,actualidad.rt
Los libros antiguos, y prácticamente todos los que se han guardado en casa durante más de una década son extremadamente peligrosos para la salud. La advertencia fue realizada por investigadores de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia.
Los peritos sanitarios precisaron que se referían a la amenaza que representan los ácaros del libro y los seudoescorpiones que abundan en los volúmenes viejos. Las picaduras, saliva y excrementos de esos parásitos, apenas visibles, y sus depredadores, muy a menudo provocan una alergia que conlleva hasta un edema de Quincke. Mientras más antiguos sean los libros, guardados sin un tratamiento especial, más agudo será el cuadro clínico, ya que más huellas de su presencia y más huevos habrán dejado los diminutos arácnidos.
Diez años, revelaron los especialistas, es una edad crítica hacia la cual la reproducción masiva de nuestros 'vecinos' de ocho patas puede llegar a un nivel cuando el contacto con ellos podría provocar una obstrucción de las vías respiratorias y una asfixia. Hasta el momento los laboratorios farmacéuticos del mundo no han encontrado ningún remedio que bloquee los efectos de la picadura de las dos principales especies que habitan los libros. Por eso los expertos rusos recomiendan usar guantes desechables cuando sea preciso consultar a un tomo de una edad considerable. En las librerías los volúmenes deberían estar colocados con bastante espacio entre ellos. Además, recomiendan, que para proteger los libros de la humedad, hay que poner una pastilla de carbón activado u otro adsorbente sobre cada una de las baldas.
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