El mundo enfrenta una crisis silenciosa de salud pública debido a la rápida expansión de patógenos (virus, bacterias y parásitos) resistentes a los antibióticos comúnmente utilizados y la aparición de algunos que incluso resisten a cualquier fármaco conocido, por potente que sea.
Las causas de esta situación son variadas, pero la principal responde a un uso irracional de antibióticos entre las personas y los animales, afirma en una entrevista con Efe la responsable del programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre resistencia antimicrobiana, Carmem Pessoa-Silva.
"Este no es un problema a futuro, está ocurriendo ahora mismo. Corremos el riesgo de volver a la época previa a los antibióticos, cuando la gente moría por todo tipo de infecciones", alerta desde su oficina en la sede principal de la OMS en Ginebra.
Pessoa-Silva dice que "hay bacterias resistentes a todos los antibióticos existentes, lo que significa que si el paciente atrapa una las posibilidades de tratamiento son muy reducidas".
Está probado que uno de los factores que contribuye a la propagación de los gérmenes resistentes es el uso masivo y continuado de antibióticos en animales destinados al consumo humano.
"Hemos descubierto que además de tratar infecciones los antibióticos son utilizados en dosis más débiles que las terapéuticas para favorecer el crecimiento de los animales", explica por su parte la especialista de la OMS en enfermedades animales, Awa Aidara Kane.
Kane sostiene que los antibióticos se han convertido en todo el mundo -con la excepción de la Unión Europea, que tiene la regulación más estricta en la materia por presión de los consumidores- en un "motor de crecimiento" de animales criados en granjas industriales, una práctica que la OMS ha pedido varias veces que se detenga.
Los antibióticos también son utilizados con fines "profilácticos", es decir que cuando un animal cae enfermo se trata de manera prolongada a todo el resto para prevenir nuevos casos.
"A veces basta la sospecha de que hay una infección que merodea para dar antibióticos a los animales", asegura Kane.
La experta indica que los granjeros actúan así aconsejados por los veterinarios, que a la vez pasan la voz de las farmacéuticas.
"Hay mucho interés de que los animales consuman antibióticos porque algunas farmacéuticas ya no hacen negocio con las personas porque nosotros no utilizamos los antibióticos de manera constante, como ocurre con los animales", denuncia.
La evidencia científica recopilada por la OMS en los últimos años no deja duda en cuanto al impacto de esa práctica -muy extendida en Estados Unidos, en América Latina y en ciertos países de otras regiones en desarrollo- en la rápida propagación de la resistencia a los antibióticos entre los seres humanos.
Kane señala que la absorción a largo plazo de medicamentos de ese tipo provoca una selección de bacterias resistentes en el tubo digestivo de los animales, que se hacen resistentes a las moléculas de las que están compuestos los antibióticos.
En algunos casos, esas bacterias sobreviven al proceso de cocción y pueden ser ingeridas a través de la carne por el consumidor.
"La razón por la que ahora esto es más grave es que desde hace al menos diez años casi no se producen antibióticos nuevos ya que no es rentable para la industria farmacéutica", afirma Kane.
Han surgido casos tan graves de resistencia en personas que los médicos se han visto obligados a reutilizar algún antibiótico relegado hace tiempo por sus graves efectos secundarios, pero que ahora es el único eficaz para cierto tipo de bacterias resistentes.
Pessoa-Silva explica que la situación es mucho más grave si se tiene en cuenta que el "mecanismo de resistencia se puede transmitir de una bacteria a otra" dentro del organismo de un animal o persona, con lo que ésta puede tener más de una bacteria resistente al mismo tiempo.
Las bacterias multirresistentes "se desplazan rápidamente por el mundo", con lo que han pasado de ser un problema localizado a uno globalizado por los viajes de personas, alimentos y mercancías, comenta Kane.
La UE cuenta con la legislación más reforzada en esta materia y prohíbe el uso de antibióticos con fines de crecimiento, aunque lo permite con fines profilácticos, y establece un residuo máximo de antibiótico en la carne para el consumo.
Sin embargo, Kane considera insuficiente esa medida porque no tiene efecto sobre las bacterias resistentes que ya se han desarrollado en el organismo del animal.
La experta asegura que la ingesta de antibióticos por los animales podría evitarse con la aplicación de medidas simples como una higiene estricta, una aireación regular, evitando el contacto con otros animales que podrían ser transmisores de enfermedades y atribuyendo un espacio mínimo a cada animal.
Cifrar el número de personas afectadas por patógenos multiresistentes es muy difícil y lo es aún más establecer la tasa de mortalidad que está provocando, pues los decesos se registran por el nombre de la enfermedad que no pudo ser tratada.
fuente, http://vidayestilo.terra.com/salud/la-propagacion-de-bacterias-resistentes-crisis-silenciosa-de-salud-publica,43b1303e778c8310VgnVCM10000098cceb0aRCRD.html
Las causas de esta situación son variadas, pero la principal responde a un uso irracional de antibióticos entre las personas y los animales, afirma en una entrevista con Efe la responsable del programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre resistencia antimicrobiana, Carmem Pessoa-Silva.
"Este no es un problema a futuro, está ocurriendo ahora mismo. Corremos el riesgo de volver a la época previa a los antibióticos, cuando la gente moría por todo tipo de infecciones", alerta desde su oficina en la sede principal de la OMS en Ginebra.
Pessoa-Silva dice que "hay bacterias resistentes a todos los antibióticos existentes, lo que significa que si el paciente atrapa una las posibilidades de tratamiento son muy reducidas".
Está probado que uno de los factores que contribuye a la propagación de los gérmenes resistentes es el uso masivo y continuado de antibióticos en animales destinados al consumo humano.
"Hemos descubierto que además de tratar infecciones los antibióticos son utilizados en dosis más débiles que las terapéuticas para favorecer el crecimiento de los animales", explica por su parte la especialista de la OMS en enfermedades animales, Awa Aidara Kane.
Kane sostiene que los antibióticos se han convertido en todo el mundo -con la excepción de la Unión Europea, que tiene la regulación más estricta en la materia por presión de los consumidores- en un "motor de crecimiento" de animales criados en granjas industriales, una práctica que la OMS ha pedido varias veces que se detenga.
Los antibióticos también son utilizados con fines "profilácticos", es decir que cuando un animal cae enfermo se trata de manera prolongada a todo el resto para prevenir nuevos casos.
"A veces basta la sospecha de que hay una infección que merodea para dar antibióticos a los animales", asegura Kane.
La experta indica que los granjeros actúan así aconsejados por los veterinarios, que a la vez pasan la voz de las farmacéuticas.
"Hay mucho interés de que los animales consuman antibióticos porque algunas farmacéuticas ya no hacen negocio con las personas porque nosotros no utilizamos los antibióticos de manera constante, como ocurre con los animales", denuncia.
La evidencia científica recopilada por la OMS en los últimos años no deja duda en cuanto al impacto de esa práctica -muy extendida en Estados Unidos, en América Latina y en ciertos países de otras regiones en desarrollo- en la rápida propagación de la resistencia a los antibióticos entre los seres humanos.
Kane señala que la absorción a largo plazo de medicamentos de ese tipo provoca una selección de bacterias resistentes en el tubo digestivo de los animales, que se hacen resistentes a las moléculas de las que están compuestos los antibióticos.
En algunos casos, esas bacterias sobreviven al proceso de cocción y pueden ser ingeridas a través de la carne por el consumidor.
"La razón por la que ahora esto es más grave es que desde hace al menos diez años casi no se producen antibióticos nuevos ya que no es rentable para la industria farmacéutica", afirma Kane.
Han surgido casos tan graves de resistencia en personas que los médicos se han visto obligados a reutilizar algún antibiótico relegado hace tiempo por sus graves efectos secundarios, pero que ahora es el único eficaz para cierto tipo de bacterias resistentes.
Pessoa-Silva explica que la situación es mucho más grave si se tiene en cuenta que el "mecanismo de resistencia se puede transmitir de una bacteria a otra" dentro del organismo de un animal o persona, con lo que ésta puede tener más de una bacteria resistente al mismo tiempo.
Las bacterias multirresistentes "se desplazan rápidamente por el mundo", con lo que han pasado de ser un problema localizado a uno globalizado por los viajes de personas, alimentos y mercancías, comenta Kane.
La UE cuenta con la legislación más reforzada en esta materia y prohíbe el uso de antibióticos con fines de crecimiento, aunque lo permite con fines profilácticos, y establece un residuo máximo de antibiótico en la carne para el consumo.
Sin embargo, Kane considera insuficiente esa medida porque no tiene efecto sobre las bacterias resistentes que ya se han desarrollado en el organismo del animal.
La experta asegura que la ingesta de antibióticos por los animales podría evitarse con la aplicación de medidas simples como una higiene estricta, una aireación regular, evitando el contacto con otros animales que podrían ser transmisores de enfermedades y atribuyendo un espacio mínimo a cada animal.
Cifrar el número de personas afectadas por patógenos multiresistentes es muy difícil y lo es aún más establecer la tasa de mortalidad que está provocando, pues los decesos se registran por el nombre de la enfermedad que no pudo ser tratada.
fuente, http://vidayestilo.terra.com/salud/la-propagacion-de-bacterias-resistentes-crisis-silenciosa-de-salud-publica,43b1303e778c8310VgnVCM10000098cceb0aRCRD.html
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