Tiene 3.000 millones de años, un centenar de kilómetros de diámetro y se encuentra en Groenlandia
Recreación artística de cómo pudo impactar el asteroide
Un equipo internacional de científicos ha descubierto en Groenlandia un cráter de 100 km de diámetro provocado por el impacto de un asteroide o un cometa hace 3.000 millones de años, mil millones de años antes que cualquier otra colisión conocida en la Tierra. Es el más antiguo descubierto jamás en nuestro planeta.
Los espectaculares cráteres de la Luna fueron formados por los impactos de asteroides y cometas hace entre 3.000 y 4.000 millones de años. La Tierra primitiva, con una masa mayor, debió de experimentar aún más colisiones en esa época, pero las evidencias de los bombardeos han desparecido por la erosión o han quedado cubiertas por rocas más jóvenes. El cráter más antiguo conocido previamente en la Tierra se formó hace 2.000 millones y las posibilidades de encontrar un impacto aún más antiguo se consideraban muy escasas.
Sin embargo, un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff en Gales, el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia (GEUS) en Copenhague, la Universidad de Lund en Suecia y el Instituto de Ciencia Planetaria en Moscú ha descubierto los restos de un impacto gigante de 3.000 millones años cerca de la región de Maniitsoq, al oeste de Groenlandia.
En busca de níquel y platino
«Este descubrimiento significa que podemos estudiar los efectos de la formación de cráteres en la Tierra cerca de mil millones de años más atrás en el tiempo de lo que hasta ahora se creía posible», afirma el investigador Iain McDonald, de Cardiff.
Encontrar evidencias del golpetazo no fue fácil, ya que el cráter no ha permanecido hasta nuestros días. Durante tanto tiempo, la tierra se ha erosionado hacia abajo para mostrar la corteza más profunda 25 kilómetros por debajo de la superficie original. Todas las partes externas de la estructura de impacto se han eliminado, pero los efectos del intenso choque han penetrado profundamente en la corteza -mucho más profundo que en cualquier otro cráter conocido- y siguen siendo visibles. Para reunir las evidencias clave, los científicos han trabajado durante tres años. «El proceso fue como una historia de Sherlock Holmes», dice McDonald.
Sólo alrededor de 180 cráteres de impacto han sido descubiertos en la Tierra. El cráter más grande y antiguo conocido antes de este estudio es el de Vredefort en Sudáfrica, de 300 km de anchura y 2.000 millones de años de antigüedad. Está extremadamente erosionado.
La industria minera está muy interesada en este tipo de cráteres, ya que el 30% de ellos contienen importantes recursos naturales de minerales, petróleo y gas. Una compañía canadiense está interesada en la zona de Maniitsoq en busca de yacimientos de níquel y platino.
Recreación artística de cómo pudo impactar el asteroide
Un equipo internacional de científicos ha descubierto en Groenlandia un cráter de 100 km de diámetro provocado por el impacto de un asteroide o un cometa hace 3.000 millones de años, mil millones de años antes que cualquier otra colisión conocida en la Tierra. Es el más antiguo descubierto jamás en nuestro planeta.
Los espectaculares cráteres de la Luna fueron formados por los impactos de asteroides y cometas hace entre 3.000 y 4.000 millones de años. La Tierra primitiva, con una masa mayor, debió de experimentar aún más colisiones en esa época, pero las evidencias de los bombardeos han desparecido por la erosión o han quedado cubiertas por rocas más jóvenes. El cráter más antiguo conocido previamente en la Tierra se formó hace 2.000 millones y las posibilidades de encontrar un impacto aún más antiguo se consideraban muy escasas.
Sin embargo, un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff en Gales, el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia (GEUS) en Copenhague, la Universidad de Lund en Suecia y el Instituto de Ciencia Planetaria en Moscú ha descubierto los restos de un impacto gigante de 3.000 millones años cerca de la región de Maniitsoq, al oeste de Groenlandia.
En busca de níquel y platino
«Este descubrimiento significa que podemos estudiar los efectos de la formación de cráteres en la Tierra cerca de mil millones de años más atrás en el tiempo de lo que hasta ahora se creía posible», afirma el investigador Iain McDonald, de Cardiff.
Encontrar evidencias del golpetazo no fue fácil, ya que el cráter no ha permanecido hasta nuestros días. Durante tanto tiempo, la tierra se ha erosionado hacia abajo para mostrar la corteza más profunda 25 kilómetros por debajo de la superficie original. Todas las partes externas de la estructura de impacto se han eliminado, pero los efectos del intenso choque han penetrado profundamente en la corteza -mucho más profundo que en cualquier otro cráter conocido- y siguen siendo visibles. Para reunir las evidencias clave, los científicos han trabajado durante tres años. «El proceso fue como una historia de Sherlock Holmes», dice McDonald.
Sólo alrededor de 180 cráteres de impacto han sido descubiertos en la Tierra. El cráter más grande y antiguo conocido antes de este estudio es el de Vredefort en Sudáfrica, de 300 km de anchura y 2.000 millones de años de antigüedad. Está extremadamente erosionado.
La industria minera está muy interesada en este tipo de cráteres, ya que el 30% de ellos contienen importantes recursos naturales de minerales, petróleo y gas. Una compañía canadiense está interesada en la zona de Maniitsoq en busca de yacimientos de níquel y platino.
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