Mediante observaciones de radio y en la banda infrarroja, se ha logrado atisbar los entresijos de una nube de gas y polvo en una fase crucial previa al nacimiento de la primera de una decena de estrellas.
Los científicos estudiaron una nube gigante a unos 770 años-luz de la Tierra, en la constelación de Perseo. Para ello, usaron el Observatorio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea, y el radiotelescopio GBT de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Eso les permitió hacer observaciones detalladas de una especie de terrón o grumo que contiene cerca de 100 veces la masa del Sol dentro de esa nube.
Se cree que el mecanismo típico por el que se forman las estrellas es cuando una de tales nubes de gas y polvo se colapsa gravitacionalmente sobre sí misma, primero en grumos, y luego en densos núcleos, cada uno de los cuales puede comenzar a compactarse aún más, hasta formar una estrella. Los detalles de cómo sucede esto aún no se conocen bien. Una de las dificultades para averiguarlo, y a la vez uno de los principales impedimentos para cualquier observación detallada del proceso, es que en la mayoría de las regiones en donde está en marcha este proceso ya se han formado estrellas cercanas. Esas estrellas afectan a la formación posterior de estrellas en su vecindario, a través de sus vientos estelares durante su actividad normal, y mediante ondas expansivas cuando explotan como supernovas.
A diferencia de muchos intentos previos, el equipo de James Di Francesco y Sarah Sadavoy, de la Universidad de Victoria en Canadá, ha logrado captar claramente y por vez primera, en una nube de gas y polvo, a un grumo en el que están a punto de formarse varios núcleos de estrellas, y que aún no cuenta a su alrededor con ninguna estrella formada y activa. La ausencia de estrellas permite observar sin interferencias este fascinante proceso por el que nace una estrella.
Las imágenes en el infrarrojo lejano captadas por el Observatorio Espacial Herschel revelaron subestructuras dentro del grumo que no fueron vistas previamente y que pueden ser precursores de núcleos con el potencial para formar estrellas individuales. Los astrónomos usaron el radiotelescopio GBT para estudiar los movimientos y las temperaturas de las moléculas, básicamente amoníaco, dentro de estas subestructuras. Estas observaciones con el GBT indican que es probable que una de las subestructuras esté ya en el proceso final de compactación por su propia fuerza de gravedad y muy cerca ya del momento de convertirse en el núcleo de una estrella. Aquí será, por tanto, donde nacerá la primera de las estrellas de la nube. Se calcula que del grumo entero se formará una decena de estrellas.
fuente, http://noticiasdelaciencia.com/not/4115/la_nube_oscura_donde_esta_a_punto_de_nacer_una_estrella/
Los científicos estudiaron una nube gigante a unos 770 años-luz de la Tierra, en la constelación de Perseo. Para ello, usaron el Observatorio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea, y el radiotelescopio GBT de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Eso les permitió hacer observaciones detalladas de una especie de terrón o grumo que contiene cerca de 100 veces la masa del Sol dentro de esa nube.
Se cree que el mecanismo típico por el que se forman las estrellas es cuando una de tales nubes de gas y polvo se colapsa gravitacionalmente sobre sí misma, primero en grumos, y luego en densos núcleos, cada uno de los cuales puede comenzar a compactarse aún más, hasta formar una estrella. Los detalles de cómo sucede esto aún no se conocen bien. Una de las dificultades para averiguarlo, y a la vez uno de los principales impedimentos para cualquier observación detallada del proceso, es que en la mayoría de las regiones en donde está en marcha este proceso ya se han formado estrellas cercanas. Esas estrellas afectan a la formación posterior de estrellas en su vecindario, a través de sus vientos estelares durante su actividad normal, y mediante ondas expansivas cuando explotan como supernovas.
El proceso de formación de una estrella. (Foto: Bill Saxton, NRAO/AUI/NSF)
Las imágenes en el infrarrojo lejano captadas por el Observatorio Espacial Herschel revelaron subestructuras dentro del grumo que no fueron vistas previamente y que pueden ser precursores de núcleos con el potencial para formar estrellas individuales. Los astrónomos usaron el radiotelescopio GBT para estudiar los movimientos y las temperaturas de las moléculas, básicamente amoníaco, dentro de estas subestructuras. Estas observaciones con el GBT indican que es probable que una de las subestructuras esté ya en el proceso final de compactación por su propia fuerza de gravedad y muy cerca ya del momento de convertirse en el núcleo de una estrella. Aquí será, por tanto, donde nacerá la primera de las estrellas de la nube. Se calcula que del grumo entero se formará una decena de estrellas.
fuente, http://noticiasdelaciencia.com/not/4115/la_nube_oscura_donde_esta_a_punto_de_nacer_una_estrella/
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