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Ser gigantes les dio la fama, pero encoger salvó a los dinosaurios de la extinción. Hace unos 66 millones de años desapareció la mayor parte de ellos. Una serie de cataclismos rematada con el impacto de un asteroide fue demasiado para los miembros más lustrosos de este grupo de animales que incluyó a los tiranosaurios o los velociraptores. Pero los dinosaurios aún viven entre nosotros: en forma de pájaros.
Con más de 10.000 especies, se trata de una de las mayores historias de éxito que ha dejado la evolución y parece que lo que les libró de la gran extinción fue encoger.Esta es la conclusión de un equipo internacional de científicos dirigido por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y del Museo Real de Ontario (Canadá) que ha calculado la masa corporal de 426 dinosaurios a partir del grosor de los huesos de sus patas. Estas medidas muestran la gran diversidad que existía entre los reyes del Mesozoico. Puesto en una báscula, el mayor de todos, el Argentinosaurus, con 90 toneladas, podía haber contrarrestado el peso de seis millones de Qiliania, una especie de pájaro ancestral que rondaban los 15 gramos.
Durante mucho tiempo, se ha tratado de explicar por qué muchas especies desaparecieron mientras otras dieron lugar a uno de los linajes más resistentes que hoy pueblan la Tierra. La comparación entre tamaños permitió calcular los ritmos a los que las distintas especies de dinosaurios evolucionaron para adaptarse a nuevos terrenos y circunstancias. Los investigadores estimaron que cuando dos parientes cercanos tenían un tamaño similar, probablemente, la evolución habría sido lenta, y que cuando la diferencia era grande, la evolución fue rápida.Con este principio, observaron que los tamaños de los dinosaurios cambiaron a gran velocidad durante los años que siguieron a la aparición de estos seres sobre nuestro planeta, hace 220 millones de años.
Mientras invadían nuevos espacios ecológicos en aquel mundo donde toda la tierra se aglomeraba en un solo continente, la evolución mantuvo su ritmo, pero, poco a poco, la mayor parte de las especies dieron por bueno lo conseguido y la fiebre innovadora se calmó. Un grupo de dinosaurios con plumas, los maniraptores, entre los que se encuentran los temibles velociraptores de Parque Jurásico (desplumados en la película contra el criterio científico), continuó cambiando a gran velocidad durante 170 millones de años más. Los investigadores, que publican sus conclusiones en la revista PLoS Biology, creen que eso les permitió sobrevivir.
Los animales pequeños se reproducen más rápido
“Estudios recientes en mamíferos y lagartos sugieren que los animales más pequeños tuvieron más posibilidades de sobrevivir al final del Cretácico”, explica Roger Benson, el investigador de la Universidad de Oxford que ha liderado este trabajo. “Nosotros sugerimos que esto también se podría aplicar a los dinosaurios, y explicaría por qué los pájaros, que podrían tener un peso mínimo de 15 gramos, sobrevivieron, mientras otros dinosaurios no avianos, que pesaban como mínimo un kilo, no”, añade. “Es difícil saber exactamente por qué las especies pequeñas sobrevivieron a aquella extinción, pero es cierto que en ecosistemas actuales los animales más pequeños son más diversos, y que sus poblaciones se recuperan más rápido tras las catástrofes”, afirma Benson.
Como posibles explicaciones a esta virtud de los animales pequeños para adaptarse mejor, Benson menciona que “hay más nichos ecológicos disponibles para especies pequeñas porque pueden explotar microhábitats con más facilidad”. Además, remacha, “los animales pequeños se reproducen más rápido, así que tienen más generaciones en el mismo intervalo de tiempo y esto les permitiría evolucionar más rápido”, concluye.
fuente y credito a esmateria.com
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