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“Estamos preocupados por Bosawas. (Esa reserva) necesita respuestas complejas y de mucho impacto”, dijo a Efe la secretaria adjunta de la Unesco en Nicaragua, Claudia Valle. La reserva forestal Bosawas, de 21.000 kilómetros cuadrados, la mayor de Centroamérica, concentra el 14 % del territorio nicaragüense, al menos un 10 % de la biodiversidad mundial y es uno de los mejores ejemplos de bosque tropical húmedo y de bosques de nubes de la región. Ha sido invadida por colonos que depredan los bosques y han generado un conflicto con los aborígenes, que en abril de 2013 cobró la vida de un indígena mayagna, etnia que habita desde tiempos ancestrales esas tierras.
La representante de la Unesco pidió al Gobierno del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, una “mayor atención” a la reserva a través de las instituciones encargadas de conservar y preservar el medio ambiente. Las autoridades “deben de tener claro qué es lo que se quiere tener, si una zona para la agricultura y ganadería, o una reserva, pero tienen que ser medidas que vengan del Estado”, señaló Valle. De acuerdo con datos oficiales, desde 2010 Bosawas pierde un promedio de 42.676 hectáreas por año. Durante el 2013 el Parque Nacional Cerro Saslaya, ubicado dentro de la reserva y considerado el “corazón” de esa área protegida, perdió cerca del 15,2 % de su bosque de las 9.073 hectáreas que posee a causa de colonos que habitan en la zona, de acuerdo con el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales.
El Saslaya fue la primera área protegida nombrada Parque Nacional, en abril de 1971, tiene una superficie de 236 kilómetros y comprende en toda su extensión selvas vírgenes. En ese Parque Nacional está prohibida “la caza, pesca y tala de bosque dentro de los límites señalados”, de acuerdo con un decreto Ejecutivo. Los mayagnas calculan que en diez años la reserva no existirá. La Unesco incluyó a Bosawas en su lista de reservas de la biosfera en 1997.
fuente y credito a efeverde.com
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