Tomar más de 28 cafés a la semana, es decir cuatro al día, aumenta el riesgo de muerte en un 21% y en las personas menores de 55 años se incrementa hasta un porcentaje superior al 50%. Esta es una de las conclusiones de estudio publicado por «Mayo Clinic Proceedings» y realizado por la Arnold School of public Health de la Universidad de Carolina del Sur, en EE.UU. De esta forma, se alerta a los cafeteros sobre el consumo moderado de café. Aunque la cifra que dan estos investigadores resulte escandalosa, recuerdan que el último Estudio Nacional del Café que se ha realizado en EE.UU ha revelado que más del 60% de las personas adultas bebe café a diario y la media de tazas por día es de tres. El estudio también hace hincapié en los efectos del consumo de café en caso de muerte por cualquier causa así como en los casos de muerte por enfermedad cardiovascular. Para ello, analizaron a 43.000 personas de edades comprendidas entre los 20 y los 87 años.
El período de análisis se prorrogó 17 años, entre 1979 y 1988. Los encuestados tuvieron que cumplimentar un cuestionario sobre su historial médico para así poder evaluar los hábitos de vida, entre los que se incluía el consumo de café, y los de sus antecedentes familiares. Durante las casi dos décadas de seguimiento, fallecieron 2.512personas. Un 87,5% fueron hombres y un 12,5%, mujeres. Asimismo, se conoció que el 32% de estas muertes se produjeron como consecuencia de una enfermedad cardiovascular. Además, se pudo observar que aquellos (tanto hombres como mujeres) que ingerían mayores cantidades de café eran más propensos a fumar y sus niveles de capacidad cardiorrespiratoria eran mas bajos.
Mayor riesgo en mujeres
Por otro lado, descubrieron que los hombres más jóvenes tenían una mayor tendencia a morir aunque consumiesen menos café, aunque la tasa de mortalidad más llamativa se apreció en aquellas personas que tomaban más de 28 cafés a la semana. El riesgo de muerte en estos casos era un 56% mayor. También las mujeres más jóvenes que tomaban tal número de tazas de café a la semana tenían un riesgo dos veces mayor de mortalidad por cualquier causa que las que no bebían café. Estudios recientes han descubierto que el café es fuente de antioxidantes y tiene un efecto beneficioso sobre las inflamaciones y las funciones cognitivas. Sin embargo, también está demostrado que tiene efectos potencialmente adversos porque la cafeína puede estimular la liberación de epinefrina (hormona químicamente idéntica a la adrenalina), inhibir la actividad de la insulina y aumentar la presión arterial.
«Todos estos mecanismos pueden potenciarse unos con otros», apuntó Junxiu Liu, investigador del Departamento de Bioestadística y Epidemiología de la Universidad de Carolina del Sur y autor principal del estudio. «Nuestra hipótesis es que la asociación entre consumo de café y mortalidad se debe a la interacción entre edad, ingesta y una tendencia genética a la adicción a la cafeína», agregó Lui. Los investigadores, por tanto, recomiendan que los más jóvenes no beban en exceso café. En cambio, recalcan que es necesario que haya más estudios en diferentes poblaciones para evaluar la información sobre los efectos del consumo de café a largo plazo y la relación con un aumento de la mortalidad por enfermedad cardiovascular.
fuente y credito a abc
Comentarios
Publicar un comentario