Mapa de gravedad, generado por ordenador, del cráter Chicxulub. Este mapa fue confeccionado años atrás en un estudio pionero. (Imagen: Virgil L. Sharpton, Universidad de Alaska en Fairbanks / Instituto Lunar y Planetario)
Hace unos 66 millones de años, un asteroide de tamaño similar al de una gran montaña impactó contra lo que hoy es Yucatán, en México, justo en la época de la extinción masiva en la que perecieron los dinosaurios y muchas otras especies. Hay evidencias del impacto del asteroide, pero todavía se debate sobre los detalles del suceso, sobre todo acerca de cuál fue la forma principal de exterminio activada por el impacto del asteroide. Algunos científicos han propuesto que como el material expulsado por el impacto se habría calentado drásticamente al reentrar a la atmósfera de la Tierra, la radiación infrarroja generada en la atmósfera superior habría iniciado incendios en todo el mundo, y masacrado a todo organismo vivo excepto aquellos que estaban resguardados bajo tierra o bajo el agua.
Otros científicos han cuestionado esta hipótesis de los incendios globales basándose en varias evidencias, incluyendo la ausencia de carbón vegetal en los sedimentos de la capa que corresponde a la época de la catástrofe. Según su razonamiento, de haber existido esa cantidad colosal de incendios, esa capa habría albergado restos significativos de carbón vegetal. También han sugerido que el hollín observado en la capa de escombros en realidad se originó en el propio lugar del impacto, y no en incendios generalizados causados por el material expulsado que reentraba a la atmósfera. Un equipo estadounidense de científicos, integrado por Douglas S. Robertson, William M. Lewis, Owen B. Toon y Peter M. Sheehan, los tres primeros de la Universidad de Colorado en Boulder, y el último del Museo Público de Milwaukee en Wisconsin, ha determinado ahora que la aparente ausencia de carbón vegetal en la capa que corresponde a la época de la catástrofe es el resultado de cambios en las tasas de sedimentación: Cuando se corrigen los datos del carbón vegetal para tener en cuenta los cambios conocidos en las tasas de sedimentación, estos datos muestran un exceso, y no una carencia, de carbón vegetal. Los autores del nuevo estudio también han mostrado que la cantidad de hollín que pudo haber sido liberada en el propio lugar del impacto es demasiado pequeña como para justificar el hollín observado en la capa que corresponde a la época de la catástrofe. Además, argumentan que, dado que los modelos físicos muestran que la radiación infrarroja que incidía en el suelo, generada desde arriba por el material expulsado que reentraba a la atmósfera, tenía suficiente energía como para encender la yesca, dicha radiación habría iniciado incendios generalizados. Los autores del nuevo estudio también han examinado otros datos y han llegado a la conclusión de que todos ellos pueden ser explicados por mecanismos que concuerdan con la hipótesis de los incendios generalizados.
fuente y credito a noticiasdelaciencia
Comentarios
Publicar un comentario