Descartan la existencia de materia oscura


Astrónomos estadounidenses aseguran que han logrado desafiar uno de los principios fundamentales de la cosmología contemporánea, la materia oscura. Insisten en que han probado la teoría que descarta su existencia.


Se trata de la dinámica newtoniana modificada (MOND, por sus siglas en inglés), en otras palabras, una variante de la segunda ley de Newton que da una explicación alternativa al problema de la velocidad de rotación de las galaxias. Esta hipótesis dice que la materia oscura no existe y que las galaxias giran más rápidamente de lo que deberían, gracias al hecho de que bajo ciertas condiciones la gravedad empieza a funcionar de otra manera. La comunidad científica da por probado que la velocidad de rotación de las galaxias es uniforme e independiente de la distancia al centro de giro, mientras que tanto la teoría newtoniana como la relatividad general sugieren que la fuerza de gravedad va decreciendo rápidamente cuanto más se aleja un objeto del cuerpo atrayente. Así, por ejemplo, en el sistema solar los planetas que orbitan a menor distancia tienen velocidades de giro mayor que los más lejanos. MOND, a su vez, postula que la fuerza sobre una partícula no es proporcional a la aceleración para valores muy pequeños de aceleración, como los que caracterizan los espacios fuera de las galaxias.
En otras palabras, cuando se trata de una intensidad muy baja, el decrecimiento de la fuerza gravitatoria se ralentiza. Resulta que la atracción producida por la materia visible a esas grandes distancias es suficiente para permitir que las galaxias giren inesperadamente rápido, sin 'ayuda' de una misteriosa materia oscura. El mismo fenómeno permite a las galaxias dentro de los cúmulos orbitar unas a otras a una velocidad alta, independientemente de las distancias entre ellas. Los astrofísicos siempre se han mostrado muy escépticos hacia la teoría, apelando a falta algunos argumentos objetivos a su favor. Sin embargo, un grupo de especialistas de la Universidad Case Western Reserve (Ohio), presidido por Stacy McGaugh, asegura que han conseguido probar la hipótesis. Usando los modelos basados en la MOND, lograron predecir correctamente las velocidades orbitales de las estrellas en galaxias enanas que son satélites de la galaxia espiral gigante Andrómeda. "La extensión de estas galaxias enanas es muy fina. Han sido un material perfecto, porque su densidad estelar muy baja predice aceleraciones bajas", comenta McGaugh. En total, su equipo midió características de 17 galaxias enanas. En 16 de los casos sus predicciones coincidieron con dispersiones de velocidad (la dispersión estadística de velocidades sobre la velocidad media de un grupo de objetos) medidas por otros investigadores. Es la primera vez que esta teoría ha sido aplicada exitosamente no para calcular la rotación de una galaxia que gira como un cuerpo único (como lo hace, por ejemplo, la Via Láctea, la galaxia que originalmente inspiró la propia teoría, a inicios de los ochenta), sino para una galaxia cuyas estrellas individuales siguen cada una su propia órbita aleatoria.

fuente y credito a actualidad.rt

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