MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) - La nave Cassini de la NASA ha rastreado las secuelas de la gran tormenta que se produjo en Saturno en el año 2010 y ha registrado un récord de perturbaciones en la atmósfera superior del planeta. Además, los expertos han señalado que la tormenta fue más fuerte de lo que los científicos pensaban. La agencia espacial ha señalado que los datos fueron recogidos gracias al espectrómetro infrarrojo compuesto que posee la sonda Cassini, con la que se pudo revelar que la poderosa tormenta subió la temperatura en la estratosfera de Saturno hasta 65,5ºC por encima de lo normal. Al mismo tiempo, los investigadores de la NASA detectaron un gran aumento en la cantidad de gas etileno (hasta 100 veces más de lo que los científicos creen que sería posible para Saturno), cuyo origen es un misterio, ya que no se observa típicamente en el planeta. Tras las primeras investigaciones ya se ha descartado la existencia de un depósito en la atmósfera. Los científicos que han llevado a cabo este trabajo, que se publicará en la revista 'Astrophysical Journal', describen el episodio que podría haber producido todos estos cambios como un 'eructo' de energía sin precedentes provocado por la tormenta.
"Este aumento de temperatura es tan extremo que es casi increíble, sobre todo en esta parte de la atmósfera de Saturno, que por lo general es muy estable", ha explicado la autora principal del trabajo, Brigette Hesman, quien ha explicado que "este cambio es como si en la Tierra, el invierno de Alaska pasara en un momento al verano en el desierto de Mojave". La tormenta, detectada el 5 de diciembre de 2010, se hizo tan grande en dimensiones que, en relación a la Tierra, supondría afectar a gran parte de América del Norte. Según han explicado los expertos, este tipo de perturbación gigante en Saturno suele ocurrir cada 30 años terrestres, o una vez cada año de Saturno. No sólo es la primera tormenta de este tipo que se puede estudiar gracias a una nave espacial en órbita alrededor del planeta, sino también es la primera vez que se observa en longitudes de onda infrarrojas térmicas. Los datos infrarrojos de Cassini ha permitido a los científicos medir la temperatura de la atmósfera de Saturno y de rastrear fenómenos que son invisibles a simple vista. "Este estudio da una nueva visión de algunos de los procesos fotoquímicos en la estratósfera de Saturno y, posiblemente en otros planetas gigantes del Sistema Solar y más allá", ha concluido Hesman.
fuente, europapress
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