Síntomas que nos alertan de un infarto y cómo prevenirlos

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Los síntomas de un infarto pueden variar según el sexo, más aún si existen factores de riesgo o antecedentes de esta enfermedad. Ante esta situación, para ambos géneros es esencial mantener un estilo de vida saludable y llevar una dieta equilibrada.

Con estos sencillos hábitos serás capaz de prevenir en su mayoría esta enfermedad, mantendrás tu corazón saludable y tendrás una mayor calidad de vida.

  ¿Por qué se produce el infarto de miocardio?
La sangre deja de llegar al corazón debido a la obstrucción de una vena o arteria, lo que produce la muerte del músculo cardíaco. El motivo principal es debido a la acumulación de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos, por espasmos o coágulos.

  Los síntomas de un infarto 
Cuando una persona sufre un infarto siente un tremendo y repentino dolor en el pecho, como una especie de presión que dura más de cinco minutos. Este dolor puede extenderse hasta el brazo, el hombro, la espalda o la parte inferior de la cabeza. Además, un infarto puede producir mareos, sudor frío, desorientación, náuseas y una sensación de falta de aire.

 En las mujeres los indicios puede variar, presentando un intenso calor en la zona alta del abdomen, exceso de sudoración y malestar en el estómago. Lo más importante es que no tienen que sentir esa punción en la parte izquierda de su pecho, por lo que a veces se malinterpretan las señales y no se actúa convenientemente.

 Ante la duda y sobre todo si has tenido infartos en el pasado, acude rápidamente a tu médico. Si nadie puede acompañarte ve en taxi, pero no conduzcas, ya que podría sufrir un desmayo en cualquier momento.



  Cómo prevenir los infartos naturalmente 
Básicamente, llevando un estilo de vida sano desde el punto de vista físico, mental y nutricional. La dieta es básica, hay que comer regularmente frutas y verduras como almendras, ajos, cebollas o jengibre, algo de chocolate negro y una copa de vino tinto al día. Y por el contrario, evitar los carbohidratos y los azúcares.

Los pescados grasos, como la sardina o el salmón también son geniales para esto. La dieta hay que complementarla con el ejercicio físico, una de las actividades que más van a reducir los riesgos de infarto. Al menos deberías hacer ejercicio durante 1 hora al día, si por circunstancias especiales no puedes hacer tanto esfuerzo, repártelo en 3 tandas de 20 minutos.

 Y por último, el equilibrio emocional es básico para la salud de tu cuerpo y especialmente para la de tu corazón. Vive lo más tranquilamente que puedas, relaciónate de manera saludable y equilibrada con los que te rodean y desarrolla tu propia paz interior.

Fuente y Credito a www.aimdigital.com.ar


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