Costa Rica presenta su política de CO2 cero en Beijing

Busca convertirse en el primer país del mundo en lograrlo no emitir carbono en el 2021


Costa Rica asegura que crea estrategia por dos razones: una egoísta, de interés nacional, y otra altruista, de interés planetario. ARCHIVO


BEIJING, CHINA (26/MAR/2013).- El ministro de Medioambiente y de Energía de Costa Rica, René Castro, presentó hoy en Beijing la política de emisión de carbono cero que su país espera alcanzar en 2021, de manera "egoísta, pero altruista", para convertirse en el primer país del mundo en lograrlo. Así lo explicó el ministro en una conferencia, ante representantes de las legaciones de varios países de América Latina y el Caribe y académicos chinos, en la que enfatizó que su país y sus empresas "quieren seguir un paso que nadie nos exige, pero que creemos nos va a hacer mucho más competitivos en el futuro". "¿Por qué un país pequeño como el nuestro decide entrar en una estrategia de CO2 de neutralidad por el cambio climático?. Hay dos razones: una egoísta, de interés nacional, y otra altruista, de interés planetario", explicó. Castro subrayó que en esta decisión no cree que se vaya a dar un consenso internacional, porque es una propuesta que busca el desarrollo de Costa Rica y está ajustada a las condiciones de este país, que ya elabora café y agua de cerveza con emisión neutra de carbono.
Según el ministro costarricense, la financiación para lograr este objetivo vendrá de ahorros en la producción, lo que significa un menor consumo de agua, energía, productos químicos, y de materia prima, en cada sector y compañía, y con las facilidades respectivas que el Gobierno de su país ofrecerá en los negocios internacionales. La propuesta, que implica una inversión anual del 1% del Producto Interior Bruto (PIB) de Costa Rica, está acompañada de un mecanismo de emisiones de títulos internacionales que certificará las emisiones de carbono neutro, para quienes quieran pagarlo, y a través del uso de tecnologías ecológicas, como la eólica. El transporte, principal responsable de la contaminación en Costa Rica, es uno de los sectores que se quiere reformar -así como el agrícola, el ganadero o el floral- mediante la introducción de la política de carbono neutro, especialmente "en la cabeza de los productores y de los consumidores", acotó el ministro. Castro añadió que es de interés para su país ser el primer socio internacional del experimento interno chino en emisiones neutras. "Estamos aquí para aprender por qué China, que tiene falta de energía, está bajando en su consumo y nosotros no", comentó Castro, tras explicar que, aunque su país consume menos energía que otros, hace años que dejó de ser eficaz y ya no registra descensos. "China hace mucho y habla poco", sentenció el ministro costarricense y resaltó que su país espera cooperar en tecnología, transporte y energía con el país asiático porque éste "ha avanzado mucho" y ofrece posibilidades de entablar relaciones de "ganar-ganar". Para Castro, los países tienen dos opciones: o no hacer nada o imponerse un nuevo paso. "Creemos que los que no hacen nada terminan estrellándose. Costa Rica decidió que no iba a estrellarse como país y apostó caminar una ruta más complicada, pero más prometedora, sostenible y competitiva para nuestros hijos", reflexionó. En conversación, opinó que hasta que países como China no adopten este camino "no se va a poder avanzar lo suficientemente rápido". En el pasado y en cooperación con México y Ecuador, Costa Rica trabajó el manejo de la propiedad comunal y la relación con los grupos indígenas, experiencia tras la cual pudo enseñar a 54 países tropicales del mundo sistemas diversos de organización para corregir la deforestación (en solo 20 años el país logró cubrir su territorio de un 21% a un 52.3% de bosques). "Cuando lo hacíamos solos habían partes que no podíamos presentar... ahora hemos logrado tener una influencia global que va a ser muy importante para reducir el cambio climático por lo menos en los próximos 20 o 30 años", contó. Tras su estancia en Beijing, Castro partirá a la provincia de Qinghai, en el noroeste de China, para tratar de aprender el uso de energías renovables modernas, como la solar o eólica, que llegan a zonas rurales montañosas o pequeñas unidades descentralizadas. También dará asesoría al gigante asiático en temas de ecoturismo y cómo los bosques de montaña ofrecen oportunidades especiales para un turismo natural.

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