El asteroide Vesta sobrevivió a dos impactos violentos


MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) - Un equipo internacional de científicos ha creado una nueva simulación que demuestra cómo el asteroide Vesta sobrevivió a dos impactos gigantes hace miles de millones de años. Según han señalado los expertos, este trabajo permite demostrar que los impactos tienen un gran papel en la formación de planetas. Vesta es una verdadera reliquia de la historia temprana del Sistema Solar. Gracias al reciente estudio detallado, realizado por la nave espacial Dawn de la NASA, se sabe que es un protoplaneta intacto, un objeto que sufrió un gran impacto hace mil millones de años, de ahí que los cráteres cubran una fracción significativa de su superficie. Precisamente, la nueva simulación, creada por M. Jutzi, Asphaug E. Gillet P., J.- Barrat, y W. Benz y publicada en 'Nature', muestra este pasado violento del asteroide, y cómo las cicatrices de los impactos gigante han dejado huella en su superficie y le han convertido en lo que hoy es. El trabajo se ha realizado con un modelo completamente tridimensional que ha recreado Vesta desde el interior hasta su superficie. Los investigadores han modelado los dos impactos sucesivos que sufrió el asteroide en casi el mismo lugar. Gracias a este modelo rediseñado, en el que puede estudiarse el asteroide entero, se puede reproducir con exactitud muchas de sus características actuales. Los expertos han explicado que no se han encontrado diferencias en el contenido geológico de la superficie. Sin embargo, por lo que determinan algunos de los supuestos iniciales del modelo puede requerir modificaciones. Muchos asteroides son escombros, restos de explosiones o choques unidos por la gravitación mutua. Vesta, por otra parte, tiene un interior similar a la Tierra: un núcleo sólido rodeado por una especie de manto. Eso significa que Vesta es un protoplaneta, uno de los muchos objetos pequeños que poblaban el Sistema Solar temprano. De acuerdo con los modelos ampliamente aceptados de la formación de los planetas, la mayoría de los protoplanetas fueron destrozados durante colisiones o se fusionaron para formar planetas mayores.
Al igual que con otros cuerpos del Sistema Solar, Vesta tiene las cicatrices de su historia. La más importante de estas cicatrices son las dos grandes cuencas de impacto, conocidas como 'Veneneia' y 'Rheasilvia' --dos las vírgenes que servían a la diosa Vesta en la mitología romana--. Rheasilvia se formó hace alrededor de mil millones de años y es más grande que Veneneia, formado hace dos mil millones de años. Rheasilvia tiene grietas inusuales, en forma de espiral. Además, el cráter se caracteriza por su pico central, la montaña más alta del Sistema Solar con 22 kilómetros de altura. Los científicos han explicado que, teniendo en cuenta que Vesta tiene solo 573 kilometros de ancho en su parte más ancha, el impacto para la creación de Rheasilvia casi tuvo que destrozar el asteroide para levantar una montaña tan enorme.

  DE UN MUNDO ESFÉRICO A VESTA
Así, la nueva simulación se inició con una Vesta esférica, como una mini versión de la Tierra. Los investigadores asumieron que el protoplaneta fue inicialmente sin rotación. La simulación presentó a continuación dos impactos sucesivos. El primero -el análogo a Veneneia- provocaría la rotación de Vesta, alineado con el pico central del cráter. El segundo impacto, que crearía Rheasilvia, alteró drásticamente la forma del asteroide, creando lo que Vesta es hoy. Por otra parte, los investigadores han indicado que, debido a la rotación producida por el primer impacto, los bordes de Rheasilvia se colapsaron de una manera retorcida. Eso dio lugar a fisuras en espiral, que se observan en su cuenta. "La simulación tridimensional que comenzó con un cuerpo esférico no giratorio asteroide terminó siendo algo muy similar a la Vesta observada por la nave espacial Dawn. Estos resultados refuerzan la comprensión de cómo los impactos forman los mundos del Sistema Solar, incluida la Tierra", han señalado los autores.

fuente, europapress

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