La testosterona te hace más honesto


La testosterona es una hormona relacionada tradicionalmente con las conductas agresivas y antisociales. Sin embargo, un estudio publicado en la revista PLOS ONE demuestra que los altos niveles de esta hormona también se relacionan con un aumento de la honestidad. La testosterona es una hormona que, aunque se encuentra en mayor cantidad en los hombres, también está presente en las mujeres. Tiene muchas funciones conocidas, entre ellas la formación de los huesos y el músculo y el desarrollo de caracteres secundarios masculinos como el tono de voz y el crecimiento de la barba. Para investigar los efectos de esta hormona sobre el comportamiento humano, los investigadores, de la Universidad de Bonn (Alemania), reclutaron a un grupo de 91 hombres sanos y suministraron una dosis de testosterona en forma de pomada a la mitad de ellos.
El resto recibieron un placebo, de forma que ningún voluntario podía saber a qué grupo del experimento pertenecía y evitar, de esta forma, que el resultado estuviese condicionado. "Ni los sujetos ni los científicos a cargo del estudio sabían a quién se había administrado testosterona y a quién no", explica Mattias Wibral, uno de los autores. Cada participante se colocó en una cabina separada para jugar a un juego de dados en el que se ofrecía una recompensa económica a las puntuaciones más altas. Las cabinas estaban diseñadas de tal forma que era sencillo hacer trampas e inflar los datos para obtener más dinero. Los científicos aplicaron después un procedimiento estadístico para averiguar qué individuos habían mentido en sus resultados. "Este ejercicio mostró que los sujetos con mayor concentración de testosterona mentían menos que los sujetos que no habían recibido el suplemento de testosterona", comenta Armin Falk, otro de los autores del estudio. "Los resultados contradicen la teoría que relaciona la testosterona con un comportamiento antisocial", añade. El científico opina que es probable que, en conjunto, la hormona aumente el sentido del orgullo y la necesidad de proyectar una imagen positiva de uno mismo. En cuanto al mecanismo fisiológico subyacente, estudios recientes sugieren que la testosterona afecta al comportamiento a través de una menor actividad en la corteza orbitofrontal del cerebro. Además, esta zona también juega un papel importante en la mentira: un estudio comprobó que tanto la corteza orbitofrontal como la corteza cingulada anterior de jóvenes sanos se activaban cuando estos trataban de engañar a alguien.

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