¿El suicidio es contagioso?


El suicidio como tal no es algo contagioso, puesto que es un hecho en sí y no una enfermedad o una condición médica, sin embargo, los científicos han afirmado que de cierto modo sí, el suicidio es contagioso. Dicho de este modo puede resultar algo confuso, así que te invito a profundizar en qué es lo que intentan explicar los científicos con esto y si entonces el suicidio se puede contagiar o no.


El “suicidio contagioso” y sus posibles causas
Toda esta cuestión llamó la atención de la comunidad científica cuando se conocieron los datos en relación con las tasas de suicidios en las fuerzas armadas norteamericanas, ya que se supo que en el año 2012, casi 350 personas que formaban parte de estos servicios se quitaron la vida. Por otra parte, las noticias sobre adolescentes que se han suicidado argumentando que el bullying y sus relaciones en las redes sociales, habían incidido directamente en el caso, cada vez aparece con más frecuencia y otros casos similares son ampliamente conocidos, como por ejemplo el de los suicidios colectivos (como el del caso del culto de Jim Jones en Guyana). Todo esto ha llevado a los expertos a reconsiderar el tema y especialmente a investigar acerca de cuán significativos son factores como la interacción en las redes sociales, la influencia de los medios de comunicación, las relaciones y el código genético, en el momento en el cual el suicida toma las decisiones que le dan semejante clasificación. Todos estos factores no hacen que un suicidio sea contagioso, por supuesto, pero sí inciden en las decisiones que una persona emocional, intelectual y psicológicamente vulnerable pueda considerar.





Investigaciones científica
 En el año 2009, los científicos desarrollaron una serie de estudios respecto a la temática, señalando que el suicidio puede funcionar de forma contagiosa entre aquellas personas que conocen a alguien que luego se quita la vida, siendo más probable el pensamiento suicida entre éstas personas que en las demás. De hecho, el estudio detalló que las personas que tenían un compañero de trabajo o de estudios que se quitó la vida, tienen hasta un 3.5% más de probabilidades de considerar hacer lo mismo. Esto es aún peor cuando se trata de un familiar o alguien muy cercano, ya que en cuyo caso, en esa persona hay un 8.3% más de probabilidades de suicidarse que en las demás, de acuerdo a un estudio llevado a cabo entre las universidades de Estocolmo y Oxford. La Dra. Monika Nordvik, quien participó en las investigaciones, señaló que su trabajo estaba direccionado hacia los aspectos contagiosos y las formas en las que este suceso puede percibirse en los grupos y las redes sociales. La señora Nordvik, también resalta el hecho de que estos riesgos podrían hasta duplicarse entre jóvenes y adolescentes, teniendo en cuenta la etapa de sus vidas que transitan y lo significativo de su relacionamiento en grupos. El suicidio puede figurar como una idea o una posibilidad teórica en la cabeza de muchas personas, sin embargo, pueden existir disparadores que animen a la persona a llevarla a cabo. Así, el suicidio de otra persona puede mostrar que eso es posible, que esa idea puede ser real y puede animar a hacerlo, especialmente si se trata de un ser cercano, si el hecho se magnifica por los medios y si existen factores genéticos que incrementen aún más las posibilidades.

fuente, ojocientifico

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