Una cueva artificial para intentar salvar a los murciélagos en EE.UU.


La enfermedad causada por un hongo deja en la nariz de las víctimas una nube blanca. Foto: gentileza The Nature Conservancy


Con gran expectativa, científicos en el estado de Tennessee en Estados Unidos aguardan un momento crucial en su lucha por salvar a los murciélagos de una epidemia letal.

Con la llegada del invierno, los investigadores esperan que miles de murciélagos ingresen a la cueva artificial construida por la organización de conservación The Nature Conservancy, TNC. El "búnker" o cámara de supervivencia se encuentra a poco más de 100 kilómetros de la ciudad de Nashville. La cueva es desinfectable y ofrece un refugio a los mamíferos ante el avance implacable del llamado síndrome de la nariz blanca, una enfermedad causada por un hongo que ya ha costado la vida a cerca de siete millones de murciélagos en Norteamérica. "Cuando el síndrome llegó a Tennessee en 2010 invertimos mucho tiempo en desarrollar posibles estrategias para proteger a los murciélagos", dijo a BBC Mundo Alex Wyss, director en Tennessee de TNC. "Pensamos que el murciélago gris sería una de las especies más amenazadas porque el 95% de la población hiberna en nueve cuevas, tres de las cuales están en Tennessee, y queríamos darle una oportunidad de supervivencia. Nos dimos cuenta que si creábamos una cueva artificial podíamos esterilizar este hábitat y tratar a los murciélagos sin preocuparnos de contaminar el medio o el agua subterránea". La enfermedad ha causado pérdidas para la agricultura superiores a los US$3.000 millones anuales, según algunas estimaciones. "Los murciélagos son imprescindibles para la agricultura y el medio ambiente", explicó en declaraciones a la agencia EFE Tigga Kingston, experta en murciélagos y profesora de Ecología de la Universidad Politécnica de Texas. Estos mamíferos voladores "se comen las plagas de insectos de los cultivos, actuando como pesticidas naturales, y polinizan más de 300 plantas. Su declive está empezando a afectar seriamente a cultivos como el aguacate o el mango".




Avance implacable
La enfermedad fue detectada en el estado de Nueva York en 2006. Desde entonces, "se ha extendido en 19 estados de Estados Unidos y cuatro provincias de Canadá. No ha ingresado a México", señaló Wyss. La enfermedad es causada por el hongo Geomyces Destructans, que va dejando en la nariz de las víctimas una especie de nube blanca, de ahí su nombre. El hongo no causa la muerte directamente, pero la picazón que genera impide la hibernación y los murciélagos afectados acaban muriendo de hambre al no encontrar comida en invierno y no cesar de perder peso. El hongo es eliminable con productos de limpieza domésticos, pero estos limpiadores no pueden aplicarse en las cuevas por su impacto en los ecosistemas. La epidemia se extiende cada invierno, cuando los murciélagos infectados contagian a otros en las cuevas densamente pobladas.


La cueva artificial puede ser desinfectada cuando los murciélagos la abandonen en verano. © Cory Holliday/The Nature Conservancy


Cámara artificial 
Los científicos de TNC desinfectarán la cueva cada verano, cuando los murciélagos la abandonen.El búnker tiene 24 metros de largo por 3,3 de alto e imita las condiciones de temperatura y humedad de una cueva natural. Cuenta con capacidad para alojar a más de 200.000 murciélagos. La especie a la que se dirige el experimento "hiberna en cuevas frías. La temperatura de nuestra cueva artificial ya es similar a una natural a sólo 100 metros de distancia. Esto ya es un éxito, aunque aún no hemos registrado la presencia de murciélagos", explicó Wyss. Cory Halliday, experto en murciélagos de TNC en Tennessee dijo que "la cueva se usará como un laboratorio que ayude a responder a las preguntas que intrigan a los científicos". Los investigadores no entienden aún por que, por ejemplo, el mismo hongo causa tantas muertes en Norteamérica, pero no parece afectar a los murciélagos europeos. Marcia McNutt, directora del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), uno de los organismos que investiga el síndrome, dijo en declaraciones a EFE que la clave es saber "por qué este hongo, que probablemente siempre haya estado presente en las cuevas, ha crecido tan rápidamente en los últimos años, y si la expansión tiene que ver con alteraciones en la temperatura o en el hábitat de las mismas a causa de la contaminación". Las investigaciones "tienen que ganar la batalla al hongo", dijo McNutt. "Está en juego la supervivencia de especies de importancia económica vital".


La cámara tiene 24 metros de largo y 3,3 de alto e imita las condiciones de temperatura y humedad de una cueva natural. © Paul Kingsbury/The Nature Conservancy

fuente, bbc

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