Estos son los riesgos de estar “pegado” a la pantalla


Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, una enorme cantidad de estudios han analizado los efectos biológicos y los potenciales daños causados a la salud por la radiofrecuencia y posteriormente por las emisiones generadas por las pantallas de televisión y las computadoras. Hasta el momento, no hay evidencia científica que permita relacionar la exposición a radiaciones de televisión o de ordenadores con un efecto negativo sobre la salud. Sin embargo, esto no significa que permanecer largas horas frente a ellos sea sano. El efecto nocivo de esta conducta puede explicarse por varios mecanismos que han sido investigados en Universidades e instituciones médicas en varios países, que pueden caratularse en los siguientes tópicos.

  Obesidad: Se remonta a la infancia y está determinado por la exposición de los niños a comerciales que promocionan alimentos hipercalóricos o con altos contenidos de azúcar. Según un estudio de la Universidad Erasmus, de Rotterdam, aproximadamente 1 de cada 5 niños obesos en los Estados Unidos podría no haberlo sido de no haber estado expuesto a publicidades de alimentos con elevado valor energético. Otro estudio de la Universidad de Queensland, en Australia, sugiere que estas publicidades son responsables del 16% al 40% de los casos de obesidad infantil en EEUU.

  Actividad física: Otro mecanismo que explica la relación entre las horas de exposición a la televisión y la computadora y peor salud es la menor frecuencia e intensidad de actividad física o deportiva que realizan quienes más permanecen frente a las pantallas, como lo demuestra un estudio de la Universidad de Bergen, Bélgica. Mensajes violentos: Un tema de gran actualidad es la exposición a la violencia física, psicológica y verbal a través de algunos programas de televisión, que luego se ve multiplicada y extendida en otras transmisiones. Según un estudio realizado en el Hospital de Niños de Boston, en colaboración con el Departamento de Pediatría de la Universidad de Harvard, la violencia televisiva afecta claramente a los niños, pero también influye sobre los padres.



  Problemas de sueño: Los investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer, de Nueva York, aseguran que una exposición de dos horas a la pantalla del televisor, de la computadora, de la tabletas o incluso del celulares antes de irse a acostar afecta nuestros niveles de la hormona melatonina, que regula nuestros ciclos de sueño. Brittany Wood, miembro del equipo de investigación, sostuvo que el desarrollo de la tecnología ha llevado a la fabricación de televisores, así como pantallas de computadoras y celulares, más grandes y brillantes. “Para producir luz blanca, estos aparatos electrónicos deben emitir luz en cortos intervalos, lo que los convierte en fuentes potenciales de supresión o ralentización de los niveles de melatonina en la noche, reduciendo la duración del sueño e interrumpiéndolo", expresó la especialista. Los expertos aseguran que ese efecto se debe al tipo de luz que emiten las pantallas de estos artefactos, que, al imitar la luz del día, logran engañar al cerebro humano. “Aunque la solución definitiva sería apagar estos dispositivos durante la noche, se recomienda atenuar la luz de las pantallas lo máximo posible o, al menos, reducir el tiempo de uso desde la cama para reducir la exposición a este tipo de luz”, aconsejaron.

  Problemas posturales: Otro trastorno que llegó para quedarse junto con el uso de las tabletas digitales es la tortícolis, un mal que padecen quienes las utilizan muchas horas diarias. En un estudio reciente, Jack Dennerlein, cirujano ortopédico y especialista en Salud Pública en la Universidad de Harvard, destacó que los dispositivos suscitan “inquietudes sobre el desarrollo de dolores en el cuello y los hombros”. Los autores de la investigación hicieron distintas pruebas a usuarios experimentados con un iPad2 de Apple y un Motorola Xoom. Su postura pudo mejorarse mediante soportes integrados o colocando las tablets sobre una mesa, lo que evita tener un ángulo de visión demasiado bajo y el consecuente daño físico, asegura el estudio publicado en la revista internacional Work: A Journal of Prevention, Assessment and Rehabilitation. Elevados niveles de ansiedad y estrés se observan también en personas que permanecen muchas horas frente a los ordenadores. En su libro Technostress, de reciente publicación, la psicóloga norteamericana Michelle Weil aconseja adoptar un tiempo límite frente a las pantallas y programar un horario de desconexión para que ello no repercuta en nuestra salud.

fuente, america.infobae

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